¿Cómo elegir la almohada adecuada para mí?  

Elegir la almohada adecuada es más importante de lo que puede parecer. El descanso desempeña un papel crucial no solo en la preparación para enfrentar el día, sino también en la capacidad de pensar con claridad, reaccionar rápidamente y consolidar la memoria. La calidad del sueño es un factor determinante, ya que influye en nuestra vitalidad y en nuestro estado de ánimo.  

Aunque se habla mucho sobre los tipos ideales de colchón según las características personales, rara vez hemos atribuido a las almohadas la importancia que merecen. De hecho, es posible que solo te preguntes qué criterios debes considerar al seleccionar una almohada cuando estás a punto de comprar una.

¿Cuál es la almohada ideal para mí?

Lo más conveniente siempre es optar por una almohada que mantenga la alineación adecuada de la cabeza, el cuello y la columna vertebral. Esto asegura una postura correcta de la columna, permitiendo que los músculos estén relajados y garantizando una respiración adecuada.

Sin embargo, la realidad es más compleja de lo que parece a simple vista. Aunque las almohadas puedan parecer similares en apariencia, la clave es comprender que existen diversos tipos de almohada y que se pueden clasificar según la posición para dormir, el material  y la dureza.  ¿Cómo saber cuál es la almohada adecuada para mi

Según material: almohadas de fibra, almohadas viscoelásticas o almohadas de látex

Un criterio de peso para elegir una buena almohada es fijarse en los materiales de fabricación. Los más aconsejados para su fabricación incluyen:

Almohadas de fibra

Esta opción proporciona comodidad, frescura y una buena transpirabilidad. Facilita la circulación del aire, lo que contribuye a la absorción eficiente de la humedad. Además, es lavable, lo cual es beneficioso para mantener la higiene durante el descanso.

Almohada viscoelástica

Este material se adapta a la forma de la cabeza y es termosensible, ofreciendo un soporte óptimo para la nuca. Cuentan con una propiedad de memoria conocida como memory foam, lo que significa que se ajusta completamente a la morfología del cuello y la nuca, formando un molde preciso de ambas áreas y eliminando cualquier punto de presión. Son altamente aconsejables para aquellos que enfrentan problemas musculares o circulatorios.

Almohada de látex

Con una textura suave y agradable al tacto, el látex posee una estructura interna de células abiertas que permite una mayor ventilación e higiene. La disposición interna de sus células abiertas facilita una mejor circulación de aire, promoviendo así su higiene y durabilidad. Esta característica convierte a este material de las almohadas látex en una elección recomendable para aquellos que padecen alergias a los ácaros.

Almohadas ergonómicas

En consecuencia, no todas las almohadas son adecuadas para todos, y es esencial conocer nuestra posición al dormir para tomar decisiones informadas sobre la elección de la almohada. 

Las almohadas ergonómicas están diseñadas específicamente para corregir la postura del cuerpo y aliviar las áreas de presión y molestias musculares. Estos productos se confeccionan utilizando materiales de la más alta calidad y tecnología viscoelástica, ideal para proporcionar relajación y alivio al cuello, ya sea durante viajes prolongados o cuando nos recostamos. 

Este enfoque evita adoptar posturas incorrectas que podrían derivar en molestias como dolores de cabeza, espalda, cuello y hombros, al mismo tiempo que promueve una mayor vitalidad.  

¿Cómo cuidar mis almohadas? 

Sabemos que nada es eterno, pero unas almohadas bien cuidadas pueden tener una vida útil media de 5 años. Los especialistas en descanso sugieren renovarlas cada dos a cinco años, dependiendo del nivel de uso, el material y la frecuencia de lavado, ya que con el tiempo tienden a perder algunas de sus propiedades. ¿Un consejo práctico? Asegúrate de ventilarla diariamente, al igual que haces con el colchón y la ropa de cama.

El cuidado adecuado también desempeña un papel crucial. Se recomienda lavar las fundas protectoras cada dos meses, ya que con el uso acumulan residuos biológicos que pueden propiciar el crecimiento de bacterias. Respecto a la limpieza de la almohada en sí, es esencial seguir las indicaciones del fabricante, ya que no todas son aptas para ser lavadas en la lavadora.

Ahora ya tienes más información sobre todos los tipos de almohadas y cuál es más recomendable según tus necesidades. ¡Y siempre teniendo en cuenta que una buena almohada es sinónimo de un buen descanso!

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